Muchas personas dicen “Te quiero” demasiado deprisa, después de haber conocido poquísimo a la persona. A esto se le llama saltar etapas. No puedes decirle TE AMO a una persona después de una semana o un mes que la conoces. Muchas personas cometen el error de salir con personas que conocen desde hace poco y solo después descubren aspectos del carácter de la otra persona y modos de pensar que no se adaptan para nada a ellos y se arrepienten de la elección hecha. Muchos confunden la frecuentación con el noviazgo y dicen: esta persona me gusta mucho, no estoy segura de que sea ÉL o ELLA pero saldré con ella y si luego comprendo que no es la que Dios me ha dado lo dejo… total, no estamos casados…
Este tipo de razonamiento es equivocado y sobretodo inmaduro. El noviazgo no está hecho para entender si quien tienes delante es la persona más o menos adecuada, el noviazgo debe ser en el momento en el que ya has entendido que es la persona adecuada con la cual te casarás.
Tu no te comprometes con una persona para entender si es la adecuada para ti, sino que la frecuentas para entender si es la adecuada y si lo es te comprometes en un noviazgo. Durante la frecuentación, además lo adecuado es mantener un comportamiento consonante al de dos personas que se están conociendo pero que todavía no son novios, por lo tanto, evitad dar besos y mimos a quien no es todavía vuestro novio o novia, porque podría incluso no convertirse en pareja.
Antes de ser novios, hace falta ser amigos. Atentos a esta frase. Se puede ser amigos, sin ser novios, pero no se puede ser novios sin haber sido amigos. Salomón llama a su futura esposa con el apelativo de amiga mía muchas veces y esto indica que antes del noviazgo se necesita la amistad. Él debe convertirse en tu mejor amigo y tú en la suya.
Del libro: Anch’io scriverò ti amo de Giusy Gozzi
Noviazgo cristiano 