¿Por qué fracasan tantas relaciones de pareja y matrimonios?

fracaso noviazgo

Esta mañana, después de desayunar me he puesto a leer uno de los últimos libros sobre pareja que compré en una librería cristiana. Siempre que puedo leo artículos o libros sobre este tema. Algunos quizás piensen que estoy obsesionada pero no es así. Simplemente me parece un tema interesante en el que invertir parte de mi tiempo y profundizar.

Algunas personas invierten tiempo en practicar un deporte o un idioma. A mi el tema de la pareja me parece interesante y siempre aprendo algo nuevo. Además es un tema que si algún día llego a casarme, me servirá haber leído tanto, porque me habré preparado mejor para el matrimonio. Y si es la voluntad de Dios que permanezca soltera, podré ayudar a otros con mis conocimientos, como ya hago por medio de este blog. Por lo tanto, es un tema que me enriquece personalmente y que también me ayuda a enriquecer las vidas de otras personas sea cual sea la voluntad de Dios para mi vida.

Mientras leía el capítulo 3 del libro, sentí la impresión de haber descubierto porqué fracasan tantos noviazgos y tantos matrimonios. Está claro que si un noviazgo fracasa es porqué no tiene las bases adecuadas. Pero es todavía más doloroso cuando un matrimonio fracasa; sobre todo si hay niños de por medio.

Si un matrimonio se rompe es porque la mayoría de las veces, su noviazgo no tenía buena base y no supieron identificar a tiempo la estructura deficiente sobre la que estaban construyendo su matrimonio. Aun con la estructura adecuada, la vida a veces nos presenta retos que hacen que en todo matrimonio haya problemas y pequeñas crisis, pero imagina cuánto se agrava la situación si la base sobre la que se estableció el noviazgo y el matrimonio no es una buena base. Los problemas se multiplican.

Conozco personalmente a un pastor que dice «que la mayoría de los matrimonios no están aprobados por Dios». Reconozco que al principio cuando oí por primera vez esta frase de sus labios, me quedé pensativa, pero como ya había leído algunos libros sobre noviazgo no la consideré una idea del todo descabellada. Es de esas frases que se te quedan grabadas en algún rinconcito de tu cerebro y permanecen allí para toda la vida.

Han pasado años desde que la escuché, he leído muchos más libros sobre noviazgo cristiano, y a día de hoy, observando ciertos noviazgos y ciertos matrimonios, puedo decir que es cierto, la mayoría de los matrimonios que se casan no tienen buenas bases o no son relaciones aprobadas por Dios.

Me doy cuenta de que la mayoría de las veces que una nueva pareja se forma, ponen por encima sus sentimientos y deseos antes que la voluntad de Dios para su vida con respecto a la pareja. Incluso cuando dos personas están orando con respecto a una relación, pueden estar perfectamente anteponiendo sus propios deseos a la voluntad de Dios y creen que solo por el hecho de estar orando, Dios ya está bendiciendo su relación.

Se inician noviazgos demasiado rápido, muchas veces sin una base previa de amistad profunda. Se declaran sentimientos al mes de haber conocido a una persona , sin haber estudiado a fondo su carácter, y luego se ora y si todo marcha aparentemente bien según ellos,  muchos ya creen que su noviazgo ya está bendecido por el hecho de estar orando, y sin embargo pueden estar muy equivocados.  Sigue leyendo

¿Funcionan las parejas interculturales?

De acuerdo con un artículo publicado recientemente, las estadísticas muestran que el 6% de los matrimonios en EE UU son interculturales. Vivimos en un mundo globalizado, donde la inmigración está a la orden del día y es probable que algunas personas se acaben enamorando de un/a extranjero/a. ¿Pero realmente funcionan este tipo de relaciones?

Si te encuentras en una relación intercultural tienes que ser consciente de que si una relación de pareja de por sí no es sencilla, una relación intercultural es mucho más difícil, puesto que hay que adaptarse a costumbres y puntos de vista muy diferentes que tiene la otra persona. Si además le agregamos el componente del idioma y la distancia, todavía es más difícil.

No queremos decir que una relación intercultural sea totalmente imposible, pero si que es verdad es que es mucho más difícil que una relación de pareja con una persona de tu mismo país, ya que no solo te tienes que adaptar al carácter de la otra persona sino también a su cultura y costumbres.  Sigue leyendo

¿Mi elección o la de Dios?

Decidir con quién te casarás es una de las decisiones más importantes que harás en tu vida. En un noviazgo serio, la razón principal para el matrimonio debería ser la convicción de que esa persona en particular es la elección de Dios para tí, no solo una buena elección, sino la elección de Dios.

La mayoría del tiempo, no tendrás el lujo de elegir entre personas o circunstancias que sean totalmente malas o totalmente buenas. Casi todas tus elecciones parecerán buenas en algún sentido, pero solo una será parte del plan perfecto de Dios, lo mejor para tí. El principal enemigo a combatir en la elección de lo mejor de Dios para tí, será tu fuerte inclinación a hacer una buena elección en vez de la elección de Dios.

Antes de que determines con quien te casarás, debes responder una pregunta clave: ¿Quiere Dios que te cases con alguien? ¿O su plan es que permanezcas soltero? La escritura nos enseña que el matrimonio, al igual que la salvación, es un don inmerecido de Dios (Génesis 2:18).

Cuando Dios quiso que Adán tuviera una esposa, él mismo se la trajo. Su matrimonio fue un regalo de Dios. Pero las Escrituras también nos dicen que la soltería también es un don. «Quisiera más bien que todos los hombres fueran como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios» dice el apóstol Pablo en 1ª de Corintios 7:7. Él deseó que todos los hombres fueran solteros como él lo era y libres del estrés de la vida matrimonial para que pudieran comprometerse devotamente con la obra de Dios. «Pero cada hombre tiene su propio don de Dios». En otras palabras, Dios le dará a una persona el don de estar casado o el don de estar soltero. Se centran en sí mismos en vez de en Dios. En 1ª de Corintios 7, se nos dice que reconozcamos la soltería como buena, utilizándola para Dios y para nuestro crecimiento espiritual.

C.S Lewis fue soltero la mayor parte de su vida. Enseñó en las universidades de Oxford y Cambridge y usó su tiempo libre como soltero para escribir parte de la mejor literatura cristiana disponible en el mundo hoy. Mientras se hacía mayor y cuando ya estaba cerca de la edad de jubilación, conoció y se casó con una mujer a la que llegó a amar intensamente en los tres cortos años en los que estuvieron juntos. ¿Qué se hubiera perdido el mundo si Lewis se hubiera casado antes con alguien a quien Dios no había elegido? Sigue leyendo